Los dirigentes trabajan en conseguirle viviendas a los jugadores que aún no arribaron a Mar del Plata y en terminar de cerrar al cuerpo técnico. Indefinición en la búsqueda del interno extranjero.
Los dirigentes de Peñarol trabajan en una serie de cuestiones para dejar todo en condiciones de comenzar esta semana, presumiblemente el martes, con los entrenamientos preparatorios para una nueva temporada la Liga Nacional de Básquetbol.
Conseguir las viviendas para los jugadores es la preocupación del momento. Por ese motivo Pablo Espinoza y Phillip Lockett demoran sus arribos a Mar del Plata.
El entrenador Leandro Ramella espera la llegada de ambos para comenzar este martes con la pretemporada. De no contar con ellos, el primer día se dedicaría a la realización de una serie de exámenes físicos y a ejercitar la técnica individual para arrancar el miércoles con la pretemporada propiamente dicha.
Carlos Buemo ya está en Mar del Plata y en las próximas horas llegarán Leandro Marín y Bruno Sansimoni, quienes retrasaron un poco sus arribos a raíz de la demora en la confirmación de la fecha de inicio de las prácticas.
Como al DT le gusta la modalidad de los entrenamientos integrados (largos y en un único turno), el primer tramo de la pretemporada se realizará en la sede social, donde hay disponibilidad de gimnasio y de cancha de básquetbol. Más cerca de la competencia, será menester ir a entrenar al Polideportivo.
Otro tema a definir durante la semana es el de los entrenadores asistentes. Ramella pretende trabajar con dos y en las próximas horas habría reuniones para renovar con Tomás Sirochinsky. La idea es definir al segundo también durante esta semana.
El integrante del cuerpo técnico confirmado es el preparador físico. Peñarol sumó en las últimas horas al entrerriano Ramiro Peragallo, quien ya se desempeñó en la Liga Nacional en Estudiantes de Concordia y en Ciclista Olímpico de La Banda.
La otra cuestión que sigue sin resolverse y, en apariencia, tardará un poco más en hacerlo es la contratación de un interno extranjero.
Las incertidumbres para los dirigentes relacionadas con la economía son muchas y retardan las tratativas. Hoy no se sabe desde cuándo se empezará a jugar con público y, en consecuencia, no se puede lanzar una venta de abonos, un recurso tradicional y vital para el club “milrayitas” a la hora de salir a contratar.
Tampoco está definida la cuestión de la televisación de la competencia y, mucho menos, cuánto dinero le reportará a cada club. Y, por último, la creciente suba del dólar preocupa lo suyo.
Ramella le “marcó” a los directivos dos alternativas para comenzar a sondear. Ambos internos muy altos, pero capaces de jugar de frente. Los dos con poder anotador. El entrenador considera vital la llegada en esa posición de un jugador con características ofensivas para terminar de potenciar a su plantel.